MERCEDES SOPHÍA RAMOS
Autora constituyente Grupo ALAS.



martes, 24 de marzo de 2009

PODEROSAS

VICTORIA KENT


Victoria Kent se traduce en una de las conductoras que hicieron historia en la sociedad de su época, por entonces nadie podría suponer que una mujer pudiese cambiar los esquemas establecidos que reglamentaban las cárceles a través de siglos, esas directrices estaban trazadas, esculpidas e inamovibles por cada uno de los regimenes y gobiernos que se sucedían en los cursos pasados.
Por entonces las regulaciones vigentes de los presidios no tenían consistencia discutible para llamarlas a cambio alguno, en España y Europa la reclusión de los presos y presas se basaban en condiciones radicales e inhumanas, el transcurrir de la vida en esos centros eran precisamente un paseo hacía todo lo contrario. Quizás ese fuese el fin más probable para los reos suponiendo que antes no se ajusticiaran con la pena de muerte impuesta en sus distintas variedades.
Pues bien, Victoria estudió durante muchos años las hostilidades que se acunaban detrás
de cada reja carcelaria, fue a partir de su nombramiento como Directora General de Prisiones en 1931 cuando realmente asumió la responsabilidad ardua y difícil de cambiar los cánones señalados, cerró más de cien cárceles en pésimas condiciones, además de suspender otras lacras al uso, el agravio se sostenía con persistencia ante la carencia absoluta de derechos humanos, es más, la palabra “derecho” no tenía sitio para los depravados, balas perdidas y calaveras.
Kent se implica con rigor y no duda en su lucha impasible por la mejora general de las precarias cárceles españolas, luego se unirían gran parte de países europeos al modelo victoriano humanizado para las cárceles del futuro, hoy de cierta manera se sigue con la estructura que Victoria implantó, si bien la técnica añade cambios puntuales.
Victoria alcanzó un notable prestigio político siendo por dos veces diputada a Las Cortes entre 1931 y 1936, reconociéndose su labor enérgica para la consecución de una sociedad más justa, era su ideal entender que las cárceles son elementos para dignificar, reorganizar e insertar al hombre una vez cumplida la condena y no todo lo contrario.
En el compromiso que ostentaba hizo manifiesto la eliminación de celdas de castigo y todo utensilio usado para subyugar y someter a los presos por la fuerza de la violencia, todos esos lamentables enseres fueron retirados de los centros, cadenas, grilletes, argollas y demás bártulos, una vez suprimidos los mandó unir y fundir en forja de hierro para levantar una estatua a su antecesora Concepción Arenal.
Por esos años una mujer con poder tenía que ser en sus obligaciones bastante más brillante de lo que la media ofrecía, los hombres tenían cubierto todo el liderazgo que suponía un puesto de interés general, en todas sus gamas, tanto en lo político como en la gerencia civil y mercantil, la administración era una patente construida esencialmente para el género masculino, la mujer asumía con extrema sumisión esa realidad y muchas se ellas se negaban a cambiar ese estatus exclusivo del género opuesto, algunas se escandalizaban cuando una mujer despuntaba en puestos destinados para hombres, tal vez por esas razones el trabajo de Victoria tenía una mayor relevancia, no obstante su popularidad fue tan notable que incluso se le dedicó un cuplé de gran éxito en el siglo pasado.
Las mujeres tenían por entonces un papel recuperativo de difícil elección. Los proyectos modernistas con exponentes de interculturalidad e igualdad eran cuestionados por algunos sectores, esos resortes avanzados soportaban trabas y dificultades que frenaban su puesta en marcha y desarrollo
Victoria Kent nació en Málaga el día 3 de Marzo de 1892, dentro de una familia acomodada, estudió Derecho en la Universidad de Madrid, su posición nada adversa hacía meritorio su preocupación por la defensa de los Derechos Sociales, durante la guerra civil española se facultó para ayudar a niños y refugiados, luego marcha hacía París y se encargó de la ayuda de la evacuación de los más necesitados. En Francia escribió “Cuatro Años en París”.
Dado el peligro que pudo correr su integridad por los acontecimientos que sucedían en España Kent viajó a México en 1948 y luego a Nueva York, allí publicaba en una ilustre revista noticias sobre los sucesos españoles, volvió a España en 1977 para retornar de nuevo a Nueva York donde vivió más de treinta años. Fallece en 1987 habiendo vivido intensamente y demostrando que toda lucha se torna dulce en la permanencia de su ejemplo.
Mercedes Sophía Ramos Jiménez

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