Los cálculos doblan las esquinas
en el perfecto cuadrado imaginado
rompen los mil colores, los mil sueños
ni siquiera el blanco menos el negro
y mucho menos gris, todo es opaco.
Los ojos puestos encima del tablero
quieren ser cristal para no ver
la acelerada figura triangulada
corren las pátinas y los pájaros
en gamas de verdes tonalidades
otra vez se mezclan los matices blancos
por la encrespada luz que toca el aire.
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