Ayer... no las tenía más que en sueño
alas que al despertar apenas recordaba
pensé que lo mejor sería olvidarlas
por las antípodas más expedidas y lejanas.
Alas que en dos mil o tres mil veces
me esperaban... y sin mí partían
- con nota aclaratoria -
en autómata definición explicativa:
no entregadas, no recibidas...
Hoy rompo esos temores y las dudas
que en letra pequeña me impuse
el miedo de volar entre las alas
se volvió del revés el mismo día
que empecé a planear sin dogma establecido.
Luego de lo irreal que llegué a ser me desvestí,
inscribiendo el hedonismo pleno,
en alas voladoras me colgué
en ellas, me registré por mucho tiempo.
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